Stephenie Meyer y la "castidad" en sus obras

En la novela "Crepúsculo" y su reciente versión cinematográfica, llamó mucho la atención una característica entre sus personajes: la castidad.

La autora de la historia, Stephenie Meyer, es mormona, religión que no permite las relaciones sexuales antes del matrimonio.

Por ejemplo, al templo que planea erigir en Córdoba la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, no podrán entrar quienes sin estar casados vivan en pareja y tengan relaciones sexuales. La religión mormona, como todas, tiene su serie de exigencias personales. Sus seguidores no deben beber alcohol, té o café además de tampoco fumar. Deben hacer un culto de la institución familiar, practicar el matrimonio para toda la eternidad y cuidar mucho sus cuerpos, porque en la resurrección futura que esperan, volverán a habitarlos.
Dicha Iglesia enseña que Jesús, luego de resucitado vino a América, lo que –desde su posición– explicaría los mitos del salvador mesiánico que comparten varias civilizaciones precolombinas. Ahora, mientras la civilización vive sus "últimos días", esperan el regreso de Cristo para iniciar un periodo de mil años de Paz.
Históricamente los mormones han sido criticados por su racismo y poligamia. Debido a esto fueron perseguidos en los Estados Unidos hasta encontrar lugar en Salt Lake City.
Efectivamente, las obras siempre están influenciadas por las vidas de sus autores y así lo demuestra "Crepúsculo" en la escena en que están Isabella y Edward en su cuarto y ambos no tienen relación alguna salvo a acostarse uno junto al otro a acariciarse. Además de ser un buen mensaje a la juventud para prevenir el sexo a temprana edad y sus grandes riesgos, el embarazo precoz, VIH y otra enfermedades venéreas.



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