Jesús Díaz Armas comenta Crepúsculo




Como la ficción y la realidad, la novela juvenil a veces supera a la literatura en sí misma. No tiene fronteras de edad. Pequeños y grandes son lo mismo cuando la lectura les apasiona. 

Esto lo tiene bien claro Jesús Díaz Armas, profesor de la Universidad de La Laguna quien inauguró el V Seminario Permanente de la Fundación Caballero Bonald y que habló de "En busca de un lector adolescente: paseo por la actual novela juvenil". Y como una especie de rebeldía los jóvenes en cuestiones literarias, "no han hecho demasiado caso a los adultos en recomendaciones de libros a lo largo de la historia", dice Díaz. 

Y se podría aplicar lo mismo a los que pasan ya de 20 años, que escudriñan entre los títulos más juveniles, tal es el caso de "Crepúsculo" de Stephenie Meyer, o "Ética para Amador" de Fernando Savater, entre otros.
"No creo que haya propiamente una poesía juvenil porque no parece tener tantas diferencias del resto de libros de poesía. Sin embargo, la novela juvenil sí tiene sus rasgos, como los heredados de obras fundacionales que no estaba escritas para jóvenes. Es importante hablar de ésta y de la lectura juvenil. Tanto si les interesa o no, son obras para jóvenes. Hay una insumisión lectora a las doctrinas de los adultos, porque los jóvenes siempre han preferido lo que no está escrito para ellos"
nos asegura el hombre. La literatura juvenil se ha ido integrando a aquella dirigida a un público adulto, tal es el caso de "El niño con el pijama de rayas" de Mark Herman, literatura juvenil que ha traspasado fronteras hasta llegar a la gran pantalla de los cines. 

 "Y es que la literatura juvenil crece a un ritmo vertiginoso y es de las primeras en editoriales, títulos y colecciones"...

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